A Assinatura Eletrônica em Xeque: O Desafio da Validade Jurídica e da Perícia Grafotécnica

Por Silvana de Oliveira

A presente análise aborda a decisão judicial proferida no caso “GNG v. United Airlines Inc. e outro s/ Summary Case”, que tratou da validade de uma assinatura manuscrita realizada eletronicamente. A questão central debatida foi se uma assinatura capturada eletronicamente, através de um dispositivo como um iPad ou Pad de assinatura, poderia ser considerada válida para fins legais.

A Câmara de Comércio considerou que a reclamação apresentada não continha uma manifestação de vontade assinada de forma juridicamente reconhecível, uma vez que a assinatura não era manuscrita no sentido tradicional, nem digital conforme previsto na legislação vigente. O tribunal, ao analisar a questão, concluiu que a assinatura eletronicamente capturada não atendia aos requisitos necessários para ser considerada válida.

A controvérsia gira em torno da definição de assinatura digital e eletrônica no ordenamento jurídico. O autor do processo defendeu que a assinatura realizada em meio eletrônico possuía elementos de autenticidade, tais como ritmo, velocidade e pressão do traço, que seriam equivalentes às características de uma assinatura holográfica. Contudo, a Resolução nº 31/20 do Superior Tribunal de Justiça Nacional estabeleceu diretrizes que exigem a assinatura digital para a validade das apresentações processuais, afastando a possibilidade de reconhecimento da assinatura capturada eletronicamente como suficiente.

Ademais, o Acórdão destacou que o artigo 288 do Código Civil e Comercial da Nação (CCCN) estipula que documentos gerados por meios eletrônicos devem conter assinatura digital para sua validade, conforme definição da Lei 25.506. A jurisprudência consolidada reforça a necessidade de assinatura digital ou manuscrita tradicional, tornando nulo qualquer ato que não cumpra essas exigências.

Outro ponto relevante é a dificuldade técnica na realização de uma perícia grafotécnica em assinaturas capturadas eletronicamente. Diferente das assinaturas manuscritas tradicionais, que possuem traços fisicamente impressos no papel, as assinaturas eletrônicas podem ser influenciadas por variações no dispositivo utilizado, na tela e no software que captura a escrita. Isso torna mais complexo o trabalho dos peritos em verificar a autenticidade da assinatura, uma vez que não há substrato físico para análise aprofundada de aspectos como pressão do traço e fluidez da escrita. Essa dificuldade pericial reforça a necessidade de uma regulamentação clara sobre os requisitos de validade das assinaturas eletrônicas em processos judiciais.

A decisão reafirma a rigidez dos requisitos formais para a validade de documentos processuais e a impossibilidade de posterior validação de atos considerados inexistentes por ausência de assinatura adequada. O caso reflete a importância da harmonização entre os avanços tecnológicos e as exigências legais, demonstrando a necessidade de uma regulamentação mais clara sobre assinaturas eletrônicas e sua validade no âmbito processual.


Pad atrás con la firma electrónica

La Cámara Comercial consideró inexistente una expresión de agravios firmada mediante un dispositivo Pad para digitalizarla. Para el tribunal, no se trató ni de una firma ológrafa ni tampoco de una digital.

Por: Sebastián Onocko

Un escrito de expresión de agravios fue suscripto de una forma novedosa: la rúbrica no era ológrafa, tampoco digital, ni siquiera un “copie y pega” de una firma previa, en concreto, se trató de una firma de puño y letra, pero realizada mediante un dispositivo que capturaba la escritura en forma electrónica. La justicia lo tuvo por no firmado.

Fue en los autos “G. N. G. c/ United Airlines Inc. y otro s/ Sumarísimo”, donde, tras rechazarse la demanda y el recurso de apelación (por la cuantía), la actora presentó un recurso de queja que, tras ser admitido, con posterioridad implicó que esta pueda presentar agravios, pero su presentación para el tribunal se trataba de “un acto inexistente carente de efectos” al faltarle la firma, como elemento esencial de su composición.

Es que los letrados de la demandada cuestionaron la presentación invocando la falta de cumplimiento de las acordadas de la Corte Suprema sobre firma electrónica, ya que no se trataba de una firma ológrafa, ni digital.

Para la actora, el planteo debía rechazarse, dado que la contraria no ofreció pruebas para cuestionar su firma ni fue por los caminos procesales correctos como la redargución de falsedad o el incidente de nulidad, además, en todo caso el magistrado debía intimar a la parte a adjuntar la firma ya que lo opuesto implicaría un excesivo rigorismo formal y atentaría contra su derecho de defensa y debido proceso.

La actora bien explicó que no se copió y pegó una firma previa, sino que se utilizó un “signatura pad o ipad pencil”, siendo un “dispositivo que tiene la aptitud de capturar el ritmo, la velocidad, la presión y la aceleración de los movimientos con que se efectúa” la firma,  equivalente a una firma ológrafa en soporte digital.

El caso escaló hasta la Sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, donde pese al esfuerzo argumental, las camaristas María Guadalupe Vásquez y Matilde Ballerini confirmaron la decisión de grado que tuvo por inexistente el escrito.

La actora bien explicó que no se copió y pegó una firma previa, sino que se utilizó un “signatura pad o ipad pencil”, siendo un “dispositivo que tiene la aptitud de capturar el ritmo, la velocidad, la presión y la aceleración de los movimientos con que se efectúa” la firma,  equivalente a una firma ológrafa en soporte digital.

Lo cierto, concreto y jurídicamente relevante es que la referida Acordada 31/20 fijó pautas específicas con relación a las presentaciones que sean efectuadas por los letrados patrocinantes”… debía tenerse como “documento no firmado” y no cumpliría con las condiciones formales de la Ac. 31/20 CSJN

Para la alzada, la Acordada N° 31/20 CSJN era clara en cuanto a que las presentaciones incorporadas digitalmente que incluyen firma del patrocinado, requieren que el presentante reserve y conserve en su poder y custodia la copia firmada ológrafamente por su cliente.

Y “aun cuando la invocada Acordada 4/20 de la C.S.J .N. dispuso que todas las piezas que sean firmadas electrónicamente por el presentante tendrían el valor de declaración jurada en cuanto a su autenticidad (punto dispositivo 11), lo cierto, concreto y jurídicamente relevante es que la referida Acordada 31/20 fijó pautas específicas con relación a las presentaciones que sean efectuadas por los letrados patrocinantes”.

Así el art. 288 CCCN anexa que “en los instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la firma de una persona queda satisfecho si se utiliza una firma digital…” conforme su definición de la Ley 25.506, pero en el caso “no se está frente a una firma digital, sino ante una grafía realizada por medios electrónicos, que -en el mejor de los casos- podría acercarse a una firma electrónica”.

Por ello, debía tenerse como “documento no firmado” y no cumpliría con las condiciones formales de la Ac. 31/20 CSJN, e inclusive tornaría aplicable toda la jurisprudencia sobre el tema que considera los actos sin firma (digital u ológrafa) como actos inexistentes que no admiten convalidación posterior.

Documento relacionado:  Sentencia

Fonte: https://www.diariojudicial.com/news-100174-pad-atras-con-la-firma-electronica